Serie SBTi: Cómo la nueva clasificación de empresas busca acelerar la descarbonización corporativa

Contexto

The SBTi has recently published a draft revision of its Corporate Net Zero Standard.1 Intending to accelerate corporate decarbonisation, the draft suggests modifying the target-setting process for Scope 1, 2, and 3 emissions. In this series, we explore key topics, including:

  • Metas de largo plazo para emisiones de Alcance 3  Las empresas podrían dejar de estar obligadas a establecer metas de largo plazo para las emisiones de Alcance 3, lo que pone en riesgo el nivel de ambición climática y las trayectorias de descarbonización.
  • Requisitos de Alcance 3 para empresas de Categoría A y B:Se proponen criterios separados de Alcance 3 para las empresas, con base en su tamaño y ubicación. Las empresas de “Categoría A” incluyen a las grandes empresas o a empresas medianas ubicadas en países de ingreso alto o medio-alto. Las demás empresas medianas, pequeñas y microempresas se agrupan en la “Categoría B”.
  • Mitigación indirecta en la cadena de valor: La SBTi ha propuesto una guía sobre el uso de la mitigación de emisiones indirectas para apoyar las trayectorias de descarbonización corporativa, como el uso del enfoque *book-and-claim* para el combustible de aviación sostenible.

Un problema de enfoque único para todos

El enfoque actual de la SBTi para clasificar a las empresas sigue un modelo binario: pequeñas y medianas empresas (PyMEs) versus no PyMEs. Aunque es una clasificación sencilla, esta distinción excesivamente simple pasa por alto la diversidad de tamaños de empresas y sus ubicaciones.

Agrupar a las pequeñas y medianas empresas no refleja adecuadamente sus diferentes capacidades, ya que no todas las PyMEs enfrentan las mismas limitaciones. Las empresas medianas suelen contar con mayores recursos y una mayor complejidad operativa que los pequeños negocios. De manera similar, un fabricante mediano en un país de bajos ingresos puede enfrentar muchas más barreras que una empresa del mismo tamaño en un país de altos ingresos, donde el acceso al financiamiento, la tecnología y la regulación es más favorable.

Para abordar este desequilibrio, la SBTi considera establecer expectativas más matizadas según la escala de la empresa y su contexto geográfico. Su borrador de revisión del Estándar Corporativo de Net Zero propone un sistema de clasificación más estructurado, en el que las empresas se agrupan en Categoría A o Categoría B:

  • Categoría A abarca a las empresas grandes o medianas ubicadas en países de mayores ingresos, a las cuales se espera que lideren el camino hacia la descarbonización.²
  • Categoría B incluye a empresas medianas en países de menores ingresos o a pequeñas empresas en cualquier ubicación, y se espera que cumplan con requisitos de reporte menos estrictos.

De implementarse, habría umbrales claros para clasificar a las empresas como grandes, medianas o pequeñas, lo que determinaría si pertenecen a la Categoría A o a la Categoría B.

 

Las empresas grandes que cumplan con uno de los umbrales serán clasificadas en la Categoría A, mientras que las pequeñas empresas pertenecerán automáticamente a la Categoría B. Las empresas medianas que cumplan con dos o más umbrales se clasificarán en una u otra categoría, dependiendo de la ubicación de su oficina central.

 

Bajo estos umbrales, las empresas de Categoría A pueden parecer pocas en número, pero representan una gran proporción de la actividad económica. En Europa, donde todos los países se consideran de altos ingresos, solo el 0.2 % de las empresas tienen más de 250 empleados, pero concentran el 51 % del total de la facturación neta (€19.6 billones). Más de un tercio de esa facturación proviene de actividades industriales y de construcción, las cuales suelen estar vinculadas a cadenas de suministro complejas y de múltiples niveles que generan una parte significativa de las emisiones globales.
 

¿Qué implicaría esto en la práctica?

Al clasificar a las empresas en categorías, la SBTi redefiniría sus expectativas respecto al establecimiento de metas. Las empresas de Categoría A tendrían que demostrar una mayor responsabilidad y acelerar sus acciones, ya que estarían sujetas a requisitos más rigurosos:

Para las empresas de Categoría B, sin embargo, el enfoque está en la acción a corto plazo, ya que se benefician de un marco más flexible:

  • Alcance 1 y 2: Solo se requieren metas a corto plazo; las metas a largo plazo siguen siendo opcionales.
  • Alcance 3: Completamente opcional.

Esta clasificación podría ser más efectiva para las empresas en países de menores ingresos, ya que evita imponerles cargas excesivas. Incluso las empresas medianas en estos países —cuyas economías suelen depender de sectores intensivos en carbono como la minería, la agricultura y la manufactura— suelen operar con recursos técnicos y financieros limitados. Al ubicarlas en la Categoría B, con un enfoque en las fuentes de emisiones directas y controlables (Alcance 1 y 2), pueden avanzar de forma significativa en la descarbonización a corto plazo, mientras desarrollan gradualmente la capacidad para abordar las emisiones de Alcance 3.
 

Una oportunidad desaprovechada para alinear los reportes 

La revisión preliminar de la SBTi refleja la evolución del panorama regulatorio, incluyendo su alineación con la Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) de la Unión Europea. Tanto la CSRD como la SBTi utilizan el umbral de 1,000 empleados para identificar a las grandes empresas. Sin embargo, sus criterios generales difieren. Según la CSRD, las empresas deben reportar si tienen más de 1,000 empleados y una facturación neta superior a €50 millones. En cambio, la SBTi define a una empresa como grande si tiene más de 1,000 empleados o una facturación neta superior a €450 millones.

La razón de esta diferencia no está clara y representa una oportunidad desaprovechada para armonizar las definiciones entre ambos marcos de reporte. Dado el creciente número de requisitos de reporte, estas inconsistencias pueden generar complejidades adicionales para las organizaciones sujetas tanto a obligaciones normativas como a iniciativas voluntarias como la SBTi.

 

 

El papel del involucramiento de proveedores

Reconociendo las disparidades en recursos, el borrador de revisión de la SBTi recomienda que las empresas de Categoría A apoyen activamente los esfuerzos de descarbonización de las empresas de Categoría B. Esto incluye apoyo financiero, iniciativas de fortalecimiento de capacidades y transferencia de tecnología y conocimiento.

En muchos casos, las empresas de Categoría B son fundamentales para las cadenas de valor de las empresas de Categoría A, especialmente en sectores como la industria pesada, el uso del suelo y la extracción de recursos, los cuales suelen enfrentar mayores barreras para descarbonizarse. Por ello, las empresas de Categoría A tienen tanto la influencia como la responsabilidad y, en muchos casos, los recursos necesarios para impulsar un cambio sistémico. Al involucrarse y apoyar a sus proveedores a lo largo de la cadena de valor, las empresas de Categoría A pueden abordar sus emisiones de Alcance 3 mientras permiten que las empresas de Categoría B se enfoquen en reducir sus emisiones de Alcance 1 y 2.Para fomentar esta colaboración, lo ideal es que las empresas de Categoría A implementen programas de involucramiento con proveedores, para ayudar a sus proveedores clave a desarrollar capacidades en el cálculo de huella, el establecimiento de metas y la identificación de oportunidades de mitigación.

El enfoque de Carbon Trust

Al alejarse de un modelo único para todos, el borrador de revisión de la SBTi representa un cambio hacia un enfoque más equitativo y efectivo en materia de rendición de cuentas climática, uno que reconoce las distintas capacidades de las empresas según su región y tamaño, y que promueve un mayor involucramiento corporativo. De este modo, alinea la ambición con la capacidad y la realidad económica, allanando el camino para una acción climática más inclusiva y con mayor impacto.

 


1 Ten en cuenta que el borrador de revisión se encuentra actualmente en consulta pública. Ninguno de los cambios propuestos ha sido finalizado.

2 La categorización geográfica se basa en las clasificaciones del Banco Mundial según el ingreso nacional bruto (INB) per cápita. La clasificación para 2024-2025 considera a todos los países europeos como países de ingreso medio-alto o alto.